Consejos sobre pescado y marisco para los niños

Consejos sobre pescado y marisco para los niños

Cuando empezamos a introducir los alimentos a los más pequeños, no tenemos problemas a la hora de darles carnes y verduras. Sin embargo, nos cuesta mucho más introducir alimentos como el pescado y el marisco.

Un gran error, ya que estos alimentos son una fuente de salud al aportar  proteínas de alto valor biológico, vitaminas y minerales que ayudan a su crecimiento:

– Pocas calorías y grasas.

– Proteínas de alto valor biológico.

– Vitaminas A, D y B.

– Minerales: fósforo, yodo, hierro, magnesio y calcio.

– Ácidos grasos omega-3.

 

Todo a su debido tiempo

 

Saber cuándo puedes empezar a darles esta fuente de salud es muy fácil. Tan solo tienes que seguir este orden lógico: pescado blanco, pescado azul y marisco.

 

Primero empezamos con el pescado blanco (merluza, lenguado, rape, bacalao…). ¿Por qué? Tiene menos grasas, es menos alergénico y se digiere mejor. Por eso, a partir de los 9 meses ya puedes empezar a introducir estos pescados en los purés o bien cocinados.

 

A los 18 meses puedes introducir ya el pescado azul (atún, sardinas anchoas, salmón…).

 

Y a partir de los 2 años llega el turno de los mariscos (gambas, mejillones, almejas,  pulpo, sepia…

 

Y por supuesto, antes de hacer nada, no olvides consultar siempre con tu pediatra. Sobre todo si tienes antecedentes alérgicos en la familia.

 

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Ojo con las Espinas

Algunas especies, como la sardina, no son aconsejables para los más pequeños por su dificultad de separar las espinas.

 

Tienes que ser muy cuidadoso con las espinas. Lo mejor es que pidas en tu pescadería que te den trozos libres de espinas, como el lomo que normalmente no suele llevarlas.

 

Una vez estés en casa, desmenuza el pescado con las manos por si queda alguna. Y cuando le vayas a dar de comer, parte trozos pequeñitos para asegurarte del todo.

Baby emotions: the child screams, is angry with the paper fish

 

Cuidado con los grandes peces (mercurio)

Los peces, moluscos y crustáceos más recomendables para los niños son los más pequeños, ya que estos suelen ser los más tiernos.

 

Lo que sí que debes tener es precaución con los peces más grandes (atún, pez espada, lucio, tiburón…). Estos animales acumulan dosis elevadas de mercurio en su cuerpo.

 

Por eso no se debe consumir por mujeres embarazadas o en época de lactancia. Lo mismo ocurre con los niños menores de 3 años a los que no se debe dar este tipo de pescado. Y entre los 3 y 12 años su consumo debe estar muy limitado (consultar al pediatra).

 

El peligro del anisakis

Algunos pescados frescos pueden venir con algún parásito en su interior. Algunos de ellos son totalmente inocuos, pero otros como el anisakis pueden ser más peligrosos para la salud.

 

Este parásito se encuentra en el intestino y las vísceras de algunas especies (merluza, salmón, besugo, bacalao, pescadilla, jurel…).

Este parasito solo puede suponer un problema si se consume fresco y en crudo. Al cocinarlo (frito, asado, etc.) a más de 60º C el parásito muere. Y en el caso de querer consumirlo crudo debe congelarse durante 3 o 4 días, si se hace en casa, para poder consumirlo en crudo con tranquilidad. De todas formas, el pescado congelado de forma industrial es la forma más segura de consumir pescado crudo. Está totalmente libre de este tipo de parásitos y además no pierde ninguna de sus propiedades nutritivas.

 

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